Luego de tres años y medio de la creación de la Liga MX, el torneo que preside Enrique Bonilla puede sentirse satisfecho en algunas de las metas que se trazó, aunque en algunas otras deberá de redoblar esfuerzos porque no han cumplido los objetivos planteados.
La asistencia a los estadios y mejora de los inmuebles son puntos que se han alcanzado, aunque la seguridad en las tribunas y fuera de las complejos, el rating, apegarse al código de ética y no relacionarse con entidades financieras no confiables son algunas deudas pendientes.