Obispo Aguilar Martínez confirma presencia de grupos armados en los límites de Chenalhó y Chalchihuitán
Soel Gómez.
Agencia ReporteCiudadano, 16 de enero del 2018. San Cristóbal de Las Casas.- El obispo de la Diócesis de esta ciudad, Rodrigo Aguilar Martínez, confirmó que se siguen escuchando detonaciones de arma de fuego entre los límites entre Chenalhó y Chalchihuitán el pasado sábado, luego de hacer una visita a las más de mil personas que aún continúan en condiciones de desplazamiento de la comunidad Pom.
“Es necesaria la ayuda humanitaria, pero más todavía buscar el desarme, porque todos tienen miedo de perder la vida, todavía se oyen balas, estando allá, pasó una camioneta y alguien grito de manera obscena, señal de que hay quienes están con n carácter prepotente que quiere aplastar a los desplazados, por lo que es importante resolver el problema y se promuevan proyectos de desarrollo a las dos comunidades en litigio”, dijo.
En su segunda conferencia como Obispo de la esta ciudad, manifestó su preocupación por que la situación no se ha resuelto y se encuentran desesperados al ser varios los meses que se encuentran fuera de sus hogares, además de vivir tiempos de incertidumbre por los que retornaron, ya que no hay seguridad de que vayan a ser atacados.
Aguilar Martínez detalló que tras su visita le llamó la atención la facilidad con que los niños se acercaban a él, “esto demuestra que son niños muy amados en sus familias, cuando un niño es querido en el hogar tiene esa confianza de acercarse, claro, sabían que era el obispo quien los visitaba, pero seguía siendo un desconocido”.
Se conmovió por el recibimiento, donde percibió que todos le entregaron su corazón, “me pusieron la vestimenta, lo cual fue muy agradable pues nos encontrábamos a dos grados, fue un momento muy reconfortante también para la parroquia que enfrenta el problema de los desplazados que al mismo tiempo representan la cuarta parte de la población del municipio.
“Tomamos el desayuno, luego nos trasladamos a dónde están los desplazados, en ese momento estaba la brisa y veía a unos niños y adultos descalzos, con ropa muy delgada; pese a la tristeza y la aflicción que comentan, el hambre, el frío, las enfermedades, el dolor porque no se resuelve el problema, la actitud hacia mí era de esperanza y cariño”, detalló.
Finalmente llamó a las autoridades de los tres órdenes de gobierno para que lleven a cabo labores de desarme en la zona y la estabilidad social vaya volviendo por el bien de todas las comunidades indígenas.