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Cosmética, cirugía y moda: el costo por conseguir la juventud eterna

Published in Moda
Written by  03 Agosto 2017 Be the first to comment!
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Se ha comprobado en ratones que la sangre de animales jóvenes rejuvenece y alarga la vida de los más ancianos; una empresa estadounidense realiza un sospechoso ensayo clínico en el que los sujetos pagan por recibir un tratamiento en pruebas; nuevas técnicas parecen señalar importantes avances en nuestra comprensión del envejecimiento, y quizá en su control.

Por José Cervera 

Ciudad de México, 3 de agosto (SinEmbargo/elDiarios.es).- El humano es el único animal que sabe que va a envejecer y a morir; y no quiere. Desde hace milenios todo el que pudo acceder a la vida eterna lo intentó. Ya fuera vía momificación, construyendo pirámides o atiborrándose con cocciones alquímicas, grandes personajes de la antigüedad quisieron vencer a la vejez y la muerte. Ninguno lo consiguió, que sepamos, y hoy seguimos gastando fortunas en el elixir de la vida en eterna juventud usando la cosmética, la cirugía o la moda.

Si aún fracasando somos capaces de someternos a operaciones quirúrgicas, tomar drogas o erigir panteones para mantenernos jóvenes y vivos, ¿qué no daríamos por una técnica que funcionara? ¿Qué no haríamos por la fuente de la eterna juventud real o por décadas extra de vida? Es una pregunta inquietante ahora que la ciencia está descubriendo que, al menos en ratones, hay un método para revertir los estragos de la edad; simple, pero que evoca pesadillas: la sangre de un ratón joven puede conseguir revertir la edad de uno anciano. La idea hace pensar en monstruos y aún no está demostrado que funcione en humanos, pero ya hay empresas que ofrecen transfusiones de sangre joven, por un precio.

La receta más truculenta se llama parabiosis. Se conoce desde los años 50 del pasado siglo y consiste en unir a dos ratones de laboratorio eliminando un trozo de su piel y suturándolos unidos. Los animales han sido seleccionados para vivir juntos (de lo contrario se matarán a mordiscos). Si la operación se hace correctamente, no hay rechazo inmunológico. A las pocas semanas sus sistemas circulatorios se unen y ambos animales pasan a compartir la misma sangre, que circula a través de los dos corazones.

Sucesivos experimentos demostraron que cuando la parabiosis se realiza entre un ratón joven y otro de mayor edad éste último rejuvenecerá de modo comprobable. El viejecito se recuperará mejor de las lesiones, mejorará sus parámetros sanguíneos y de densidad ósea e incluso recuperará capacidad intelectual. Y viceversa: el más joven será algo más lento en intelecto y metabolismo. Múltiples estudios han confirmado estos efectos, que también se producen con la simple inyección de plasma joven en animales de mayor edad.

Las explicaciones pueden ser varias. Es probable que el plasma joven contenga hormonas o moléculas mensajeras que reactivan las funciones de los tejidos envejecidos, o bien que tal vez la actuación de los órganos jóvenes (hígado, riñones) depure la sangre con mayor efectividad. El ratón joven también podría estar enviando células madre capaces de reparar averías en el anciano. Lo más probable es que todas tengan parte de razón; diversos experimentos han intentado separar los factores, demostrando que todos funcionan, pero el mayor efecto se produce cuando trabajan a la vez. Múltiples equipos de investigación intentan identificar las moléculas concretas, pensando en que pudieran servir para crear nuevos medicamentos antiedad.

Casi todos los experimentos se han hecho en ratones de laboratorio; los datos en seres humanos son mucho más escasos, aunque también son prometedores. No resulta nada fácil experimentar con personas por cuestiones administrativas y éticas, pero ante fenómenos con tanto potencial hay grupos que lo están intentando. Al menos un experimento resulta profundamente inquietante por sus posibles implicaciones, y por las imágenes que evoca: la prueba clínica que lleva a cabo la empresa Ambrosia. Un estudio extremadamente irregular, para empezar porque para servir como sujeto hay que pagar.

8 MIL DÓLARES POR SANGRE JOVEN 

Ambrosia es una “startup” sanitaria con sede en la ciudad californiana de Monterrey que ha puesto en marcha una prueba clínica consistente en comprobar los efectos de transfusiones de plasma sanguíneo juvenil en personas de más edad. El protocolo consiste en realizar a los sujetos análisis de sangre para después proceder a la transfusión de unos 1,5 litros de plasma procedente de donantes de entre 16 y 25 años de edad a lo largo de dos días. Un mes más tarde se repite la batería de test sanguíneos, que analizan más de 100 biomarcadores que suelen variar con la edad.

En la petición oficial de permiso del comité de control ético se indica que las pruebas se harán con 600 voluntarios a los que solo se les solicita ser mayores de 35 años y menores de 80. Lo que no dice la petición es que también se les solicitan 8 mil dólares (unos 6.800 euros) para cubrir los costes de análisis, administración e incluso la propia revisión ética. A cargo del estudio está el fundador de Ambrosia, el médico Jeff Karmazin, y la compañía ha recibido muestras de interés del inversor de Silicon Valley Peter Thiel, conocido (y polémico) entre otras cosas por su proximidad a Donald Trump y por financiar el pleito que acabó en el cierre del medio online Gawker.

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